jueves, 13 de agosto de 2015

El Reino de los Cielos, crítica al fanatismo religioso. | Por Borja Luna Díaz

Antes de realizar la crítica a este descomunal filme, conviene dejar claras las diferencias entre la versión que se comercializó en los cines (año 2005) donde la productora sin el visto bueno del director recortó casi una hora de película, dejando el argumento con cabos sueltos, fallos del guión y muchas preguntas sin responder, con la magistral obra de arte que nos ofrece la versión del director, de tres horas y cuarto donde sin duda, dota de profundidad y consistencia que no tenía la mostrada en la gran pantalla.

Ridley Scott es un director que se empeña en meter mensajes políticos e idealistas en sus películas como ya pudimos ver en "Gladiator", "Black Hawk Down" o "1492 La Conquista del Paraíso" mezclado además en todas ellas con una excelente fotografía y una BSO perfectamente metida en el guión. En esta ocasión no va a ser una excepción, más aún  con la diferencia de que ese mensaje que transmite no es otro que la brutalidad generada por el fanatismo de cualquier cultura o pensamiento, una pura crítica a la barbarie con la que nadie podrá sentirse molesto al ver esta producción.



"El Reino de los Cielos" comienza en un pequeño pueblo francés  donde un herrero llamado Balian (Orlando Bloom) apenado por la muerte de su esposa debido a un suicido provocado por la desesperación de perder a su único hijo egendrado. En dicha aldea, aparece un pequeño grupo de Cruzados comandado por el Baron Godofreo de Ibelin (Liam Neeson) quien resulta ser el verdadero padre de Balian con el objetivo de convencerle para que viaje a Jerusalén y reconocerle como sucesor de su patrimonio.

El herrero rehúsa la propuesta, pero en un alarde de rabia al saber que el sacerdote (hermano de Balian) lleva la cruz tomada del cuerpo de su esposa le ejecuta echándole al fuego, es entonces cuando acepta ir a Jerusalén en busca del perdón divino.

Tras diversos acontecimientos de gran calado, Balian descubre la corrupción y fanatismo clerical que busca el enfrentamiento con los musulmanes antes que servir a los cristianos, Balian se va convirtiendo poco a poco en un personaje importante en la ciudad hasta el punto de ser el defensor de la ciudad ante la amenaza del ejército enemigo comandado por Saladino “El Magnífico”.


La puesta en escena es  brillante, mostrándonos Jerusalén en su máximo esplendor, con una ambientación y fotografía que te harán transportarte a esa época donde judíos, musulmanes y cristianos convivían en una misma ciudad.

Los planos están muy bien logrados (sobretodo en la vista aérea de las ejércitos o batallas) y el propio asedio a Jerusalén con miles de flechas y piedras ardiendo, torres de asedio y espadas desmemandro cuerpos.


Mezcla también los colores fríos para dar en ciertos momentos sensación de soledad, tristeza o desamparo con gamas cálidas precisamente para expresar lo contrario.


Una BSO destacable nunca falta en una película del director escocés, bien acostumbrados a buenas piezas musicales en sus filmes. En esta ocasión la música corre a cargo de Harry Gregson-Williams y no nos decepciona, de hecho es lo que en determinados momentos consigue que una escena sea mucho más dramática de lo que si ya es impactante viéndolo en audio off, con la BSO se te erizan los pelos, así como las batallas entre Cruzados y Sarracenos.

La película es tan bella y preciosa (juntándose las fórmulas dadas arriba) que harás olvidar algunos fallos históricos del guión pero gratamente recompensados con otros aciertos  muy conseguidos como la relación que mantenían los dos monarcas rivales o la convivencia de las tres culturas (judíos, cristianos y musulmanes) dentro de una misma ciudad.


El plantel de actores es muy bueno, destacando personalmente a Marton Csokas, Liam Neeson y Eva Green cada uno con su psicología y una interpretación brillante que sin duda dotan de calidad argumentativa a un guión ya de por si trabajado.



Mi mera y subjetiva opinión, es que “El Reino de los Cielos” es cine de culto, muy recomendable y una de las mejores películas épicas e históricas que se hayan hecho jamás. Para los interesados en este tema de las Cruzadas, la lucha en Tierra Santa y todo lo acaecido es imprescindible. Para el resto también.

Artículo escrito por Borja Luna Díaz.

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