miércoles, 9 de noviembre de 2016

El Staterismo [Por Francisco Montero Lázaro]

Las siguientes líneas han sido escritas por Francisco Montero Lázaro, cuyo tema radica sobre una ideología propia argumentada, tratada y descubierta por dicho autor. Esto NO es un libro de autoayuda, es un texto que documenta la existencia de otra filosofía religiosa contraria de la que se conoce hoy en día. Si no quieres conocerla, no te interesa, o piensas que vas a sentirte ofendido, deja de leer, pues no me haré responsable de cualquier audiencia que piense que esto no debería de estar escrito, que es falso o incluso ilegal. Si vas a continuar leyendo, te deseo que disfrutes de la lectura.


El Staterismo

Índice
  1. Introducción.
  2. Etimología y significado literal.
  3. ¿Qué es? Relaciones con la religión moderna.
  4. Usos y especificaciónes del Staterismo.
  5. Simbología.
  6. Conclusión y valoración general.

1. Introducción:

Desde el origen de los tiempos, la religión ha estado vigente en todos los ámbitos de la vida cotidiana de las personas. Hemos mantenido la creencia firme de que todos los factores que nos rodean se ven influenciados por ella; el amor, el dinero, la salud, el bienestar en general...etc. Muchos han tratado de controlarla, y han intentado dominar (aunque dichas personas no lo reconozcan) a la entidad que gobierna sobre la religión, mayoritariamente conocido como Dios. Un Dios que necesita ser adorado para poder cumplir su función, la cual varía en diversas ocasiones dependiendo de a qué cultura nos estemos refiriendo. No importa en que religión nos encontremos, siempre habrá un ser superior que nos dice lo que debemos de hacer y cómo debemos de actuar. Algunos acusan a este pensamiento de ser una mera herramienta para controlar a las personas, y otras lo acusan de ser un velo que nos ponemos para protegernos de los factores de riesgo que nos rodean a lo largo de la vida. Pero no voy a entrar en ese tema.


En algunas religiones, este ser divino no lleva nombre, porque las divinidades no lo necesitan, y es adorado simplemente bajo el nombre de Dios. Dios es, para muchos, el gobernante de la vida. Ha controlado los cimientos y sentimientos del mundo que hoy en día conocemos durante décadas...qué digo décadas, ¡siglos! Gobierna sobre los cuatro elementos, pues es el mismo quien los creó, es quien juzga y castiga por encima de las leyes humanas, y lo más importante, es quien decide quien debe de ser perdonado y quien no. Es un ser que nadie querría tener en su contra, eso desde luego, pero basándonos en la religión clásica, ¿puede alguien acabar con Dios en su contra? ¿Realmente hay algo que podamos hacer para que Dios nos de la espalda durante el resto de nuestros días? Ya podemos descargar una película pirata, robar en un banco o matar a alguien, si vamos a la iglesia a rogar el perdón se nos será concedido. ¿Por quién? Según aquellos que se encuentran en las capillas haciéndose llamar mensajeros del cielo, de Dios, pero eso nunca lo llegaremos a saber con certeza, por mucha fe que una persona pueda tener. Todo está bien preparado para que nunca dejemos de ir a la Iglesia a rezar, ¿por qué? No tengo ni la más remota idea. Ignoro por completo los intereses de la Iglesia, la organización que Dios dejó como legado tras bajar del cielo, y que por tanto lo representa, pero sí puedo conocer todo lo que dejan a la vista.
Pero no quiero hablar de la Iglesia...bueno, en realidad me encantaría continuar, pero esta tesis no trata sobre La cara oculta de la Iglesia ni nada por el estilo. Quiero centrarme en las principales entidades que existen en la religión; el Demonio y Dios. Llamados por multitud de nombres, representados por miles de personas y objetos, imaginados por millones de mentes y estereotipados por todo tipo de religiones, nadie puede negar su existencia en una religión. Es la base de toda creencia; la lucha o enfrentamiento entre dos energías totalmente opuestas. A una hay que adorarla como parte de nuestra familia, y a la otra hay que desterradla y no sentirnos atraídos por sus influencias. Si hacemos esto, obtendremos en favor de la energía a la que adoramos y tendremos beneficio. Si no lo hacemos, vagaremos por el mal camino durante toda la eternidad. Da igual que ideología sea y que creencias posea, sin este concepto no existe la religión, así de sencillo. Esta manera de pensar es tan popular y ha sido tan generalizada, que estoy seguro de que si a cualquier creyente practicante le cuestionas la existencia de alguno de estos dos seres o su función en el plano humano se llevaría las manos a la cabeza. Pero, ¿y si dicho enfrentamiento mutuo y eterno en realidad no existiese? ¿Y si estas entidades tuviesen una función y relación totalmente diferente de como nos la explica la religión clásica? Algunas personas no pensamos de la misma manera que el resto. Algunas personas hemos sabido forjar nuestras propias ideas y pensamientos sin necesidad de organizaciones o creencias ya impuestas, y de ahí ha nacido el staterismo.

2. Etimología y significado literal.

El término staterismo proviene de la palabra latina Statera, que significa equilibrio, balanza e incluso perfección, a a que se le ha unido el sufijo -ismo, característico de cualquier movimiento social o creencia.
En realidad, el staterismo no ha sido declarado oficialmente, y es un término simbólico y superficial que le he dado yo mismo hasta que pueda nombrarlo por una palabra reconocida socialmente. Puedes usar la palabra que quieras por esta misma razón, por ejemplo buscar entre otras raíces de lenguas clásicas otros términos para poder definir el concepto en cuestión.

3. ¿Qué es? Relaciones con la religión moderna.

Ahora, sin más dilación, voy a explicar qué es exactamente el staterismo. El staterismo es la creencia que afirma que todo lo favorable viene como consecuencia de la unión de dos fuerzas opuestas, para crear un equilibrio y una situación de balance y sincronía. Esto puede aplicarse a cualquier creencia o ámbito cotidiano, pero sin duda alguna aquello con lo que más se puede relacionar es con la religión. Como ya he dicho en la introducción, la religión moderna se basa en el enfrentamiento de dichas fuerzas (Dios y el Demonio) pero el staterismo sostiene el equilibrio, unión y sincronía entre ambas. Dicho esto, un staterista no puede pensar que la tierra fue creación únicamente de Dios y que Satanás es su enemigo, si no que ambos contribuyeron a su formación, así como la del ser humano y todo lo vivo en el plano real. Este es uno de los ejemplos de los principios básicos que tiene un staterista. No es que los deba tener, el staterismo no es una moda ni mucho menos, simplemente, aquel que no piense así no se debería de considerarse a sí mismo seguidor de dicha creencia.
A partir de aquí, puedes reajustarlo todo a tu nivel personal, porque ¿qué es una creencia sin una opinión propia? Puedes pensar que Dios y el Demonio trabajan juntos, que se reparten la administración del plano espiritual, o simplemente (que es la idea que más apoyo) que son simples entidades hechas para funcionar, y que no tienen elección libre para decidir si hacerlo juntos o por separado. Evidentemente, como toda creencia, tiene una gran influencia de otras, y puedes atribuir a estas dos entidades cualidades que otras religiones mantienen, creando así una gran variedad de versiones y opiniones diferentes, ¿y cuál sería la verdadera? Ni idea, pero eso es lo divertido, ¿no crees?

4. Usos y especificaciónes del Staterismo.

Ya he puesto el ejemplo de la comparación de la religión moderna con el staterismo, pero dicha creencia no se limita a eso, si no que puede aplicarse a cualquier costumbre o ámbito de la vida cotidiana. Estos principios pueden variar muchísimo, y puedes entenderlos o no entenderlos, compartirlos o no compartirlos, pero debes respetarlos, así como tú quieres que respeten los tuyos. Puedes pensar que para aprobar un examen debes suspender varios, que para que te toque la lotería primero tienes que perder dinero, para tener éxito en el amor primero tienes que fracasar...y así indefinidamente. No quiero que se confunda con el antónimo o lo opuesto a La Ley de la Atracción, (pensamientos similares atraen acciones y sucesos similares) que es algo totalmente distinto. Puedes pensar que has de suspender exámenes pero creer que así aprobarás para conseguir lo que quieres. Esto es una manera de pensar igual de válida que el cristianismo, por ejemplo, pero como toda idea y creencia moral tiene sus límites. Al igual que no puedes limitarte a rezar para que tu hijo se cure de leucemia, tampoco puedes pasarte la vida suspendiendo exámenes hasta que apruebes alguno, porque si esto pasa el problema no es que el staterismo no funcione, si no que el problema eres tú, que quizás estás haciendo algo mal.
El staterismo es un pensamiento poderoso, pero no hace milagros. No puedes ganar la lotería sin antes haber comprado el cupón, por ejemplo. Lo que intento decir es que ni el staterismo, ni el cristianismo ni la Ley de la Atracción están hechos para hacer realidad las fantasías de cada uno, si quieres conseguir algo, siempre vas a tener que poner de tu parte.
En definitiva, puedes aplicar el staterismo en lo que sea, y así crear una nueva idea de las cosas.

5. Simbología

El staterismo suele ser representado con el pentáculo, ya sea de manera ordinaria o invertido:
El por qué de esto es muy sencillo. El pentáculo invertido coincide con la supuesta imagen que se tiene de satanás, con sus cuernos, orejas y boca, y cuando lo revertimos podemos ver una figura humana, que representa la creación, es decir, a Dios. Aún así, esto relaciona a la creación directamente con Dios, y puede resultar un tanto contradictorio, es por eso que tenemos este otro:




Este símbolo es muy común, y
se conoce como “Trisquel”.
Las dos espirales inferiores
simbolizan las dos fuerzas
opuestas unidas, y la superior
simboliza la creación, el fruto
de la unión.



6. Conclusión y valoración personal.

El staterismo aún no está sostenido por ningún sistema estatal ni social, es por ello que estoy escribiendo estas líneas, para darlo a conocer. Esta tesis no sirve para invalidar o paralizar cualquier otra imagen del plano divino y demoníaco, es otra visión del mismo totalmente distinta e innovadora.
No ha sido sencillo escribir todo esto, no os voy a mentir. He tardado unos 3 meses en perfeccionarlo y ajustar cualquier principio staterista que no coincidiese con mi modelo mental. Aún así estoy feliz de haberlo terminado, porque a pesar de que apenas son cuatro páginas, es el texto expositivo más delicado que he escrito nunca. He tenido sumo cuidado de respetar opiniones ajenas sin variar las mías, explicar el concepto sin denigrar otros y poder entrar en la mentalidad de las personas sin que se sientan ofendidas, si ha sido el caso contigo, pido disculpas humildemente, pero no fui yo quien decidió leerlo.
Espero que con esto haya podido poner mi grano de arena para que en esta sociedad tan cerrada y llena de dogmas e imposiciones se abra un nuevo abanico de otras posibles creencias y opiniones. La razón de apelar constantemente al lector no ha sido casualidad, la razón es bien sencilla; el protagonista de este texto no soy yo, ni Dios ni el Demonio, si no tú, porque tú eres quien decide como debes de pensar y sobre todo, en qué debes de creer. No dejes que nadie te imponga sus opiniones personales, y si tienes que discutir, ¡discute! Porque discutiendo es como mejor se entienden las personas.
En definitiva, he disfrutado mucho escribiendo estas cuidadas líneas, espero que hayas disfrutado tanto como yo.





Artículo escrito por Francisco Montero Lázaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario